La tecnología tras la cirugía robótica
El sistema quirúrgico da Vinci es el único sistema aprobado para cirugía torácica robótica mínimamente invasiva en el mundo. Ha sido implantado en miles de hospitales y se han realizado, hasta la fecha, más de un millón y medio de procedimientos quirúrgicos de diferentes especializadaes con este sistema. En cirugía torácica, nuestro equipo ha sido el primero en realizar una lobectomía pulmonar robótica (resección pulmonar oncológica) en España.
A continuación le presentamos algunos de los aspectos tecnológicos que hacen de la cirugía torácica robótica un procedimiento más seguro y preciso.
A continuación le presentamos algunos de los aspectos tecnológicos que hacen de la cirugía torácica robótica un procedimiento más seguro y preciso.
Seguridad
El sistema da Vinci posee muchos sistemas de seguridad redundante. Sin embargo, el mecanismo de seguridad fundamental es que el robot no puede ser programado, no toma decisiones ni realiza movimientos por sí mismo. El cirujano torácico dirige todos y cada uno de los gestos quirúrgicos de los brazos robóticos.
Al igual que en la cirugía tradicional, la intervención es realizada por el cirujano principal con la asistencia de uno o más cirujanos colaboradores. Los cirujanos torácicos colaboradores en la cirugía robótica ayudan en tareas como el cambio de instrumentos para que el cirujano principal disponga en cada momento del material óptimo para cada paso, así como en el mantenimiento de un campo quirúrgico limpio y con una visión adecuada.
A unos pocos metros de de distancia, el cirujano torácico robótico realiza la intervención sentado y manejando los controles de la consola. Un cierto grado de temblor en las manos es fisiológico (normal) en el ser humano. Sin embargo, los controles del sistema da Vinci poseen un sistema de reducción del temblor que filtra y minimiza cualquier movimiento indeseado, aumentando la precisión de los mismos más allá de las capacidades humanas. Por otro lado, los brazos robóticos soportan el peso de los instrumentos y la óptica durante la cirugía. El cirujano, operando sentado en la consola ergonómica, experimenta menos fatiga lo que contribuye a la seguridad de la intervención.
Desde un punto de vista técnico, el sistema da Vinci realiza millones de controles de seguridad por minuto para asegurar su correcto funcionamiento. El sistema "a prueba de fallos" implica que en caso de una pérdida de corriente eléctrica y o de la detección de un problema, el robot se apaga de forma segura permitiendo al cirujano torácico mantener el control del procedimiento.
Al igual que en la cirugía tradicional, la intervención es realizada por el cirujano principal con la asistencia de uno o más cirujanos colaboradores. Los cirujanos torácicos colaboradores en la cirugía robótica ayudan en tareas como el cambio de instrumentos para que el cirujano principal disponga en cada momento del material óptimo para cada paso, así como en el mantenimiento de un campo quirúrgico limpio y con una visión adecuada.
A unos pocos metros de de distancia, el cirujano torácico robótico realiza la intervención sentado y manejando los controles de la consola. Un cierto grado de temblor en las manos es fisiológico (normal) en el ser humano. Sin embargo, los controles del sistema da Vinci poseen un sistema de reducción del temblor que filtra y minimiza cualquier movimiento indeseado, aumentando la precisión de los mismos más allá de las capacidades humanas. Por otro lado, los brazos robóticos soportan el peso de los instrumentos y la óptica durante la cirugía. El cirujano, operando sentado en la consola ergonómica, experimenta menos fatiga lo que contribuye a la seguridad de la intervención.
Desde un punto de vista técnico, el sistema da Vinci realiza millones de controles de seguridad por minuto para asegurar su correcto funcionamiento. El sistema "a prueba de fallos" implica que en caso de una pérdida de corriente eléctrica y o de la detección de un problema, el robot se apaga de forma segura permitiendo al cirujano torácico mantener el control del procedimiento.
Visión en alta definición 3d
El visor de la consola del robot da Vinci muestra al cirujano torácico una visión tridimensional en alta definición del campo quirúrgico, captada por una cámara especial (endoscopio binocular). Esta visión en tiempo real, con sensación de "lejos-cerca", sin necesidad de gafas especiales, supone un considerable avance respecto a la cirugía videotoracoscópica convencional, en la que la imagen 2D se muestra en un monitor plano. El cirujano puede, gracias a la visión tridimensional, percibir de modo instantáneo y preciso las relaciones y distancias entre las estructuras críticas para realizar movimientos seguros y y precisos.
La visión de alta definición proporciona un refresco (actualización) de más de mil imágenes por segundo, que son filtradas por un procesador de vídeo para eliminar el ruido de fondo y mostrar un panorama del campo operatorio con el máximo detalle.
En la videotoracoscopia convencional un cirujano asistente es el encargado de colocar y mantener la cámara en la posición adecuada para que la visión del cirujano sea la necesaria en cada paso de la intervención, según sus instrucciones. Sin embargo, en la cirugía robótica, es el mismo cirujano principal quien controla directamente, con los mandos de la consola y la pulsación de un pedal, la posición de la cámara, lo que le permite tener una visión óptima e instantánea en cada momento.
La visión de alta definición proporciona un refresco (actualización) de más de mil imágenes por segundo, que son filtradas por un procesador de vídeo para eliminar el ruido de fondo y mostrar un panorama del campo operatorio con el máximo detalle.
En la videotoracoscopia convencional un cirujano asistente es el encargado de colocar y mantener la cámara en la posición adecuada para que la visión del cirujano sea la necesaria en cada paso de la intervención, según sus instrucciones. Sin embargo, en la cirugía robótica, es el mismo cirujano principal quien controla directamente, con los mandos de la consola y la pulsación de un pedal, la posición de la cámara, lo que le permite tener una visión óptima e instantánea en cada momento.
Manipulación quirúrgica de alta precisión
Los brazos robóticos tienen acoplados en sus extremos unos instrumentos quirúrgicos de alta precisión, que simulan los movimientos más finos de la mano humana. Estos instrumentos (EndoWrist) funcionan como muñecas humanas "en miniatura" operando en el interior del tórax del paciente a través de pequeños orificios. De este modo consiguen unos grados de libertad superiores a los de la mano del cirujano y una enorme capacidad de movimientos (rotaciones completas, inversiones de la dirección, etc) para conseguir una destreza superior.
Cada instrumento tiene su propia función (sutura, corte, disección fina, coagulación) y puede ser intercambiado fácilmente según la fase de la intervención. Por otro lado, el cirujano torácico puede controlar la cantidad de fuerza que aplican, desde unos pocos gramos hasta más de un kilogramo, para tratar cada estructura con la delicadeza o firmeza necesarias.
El cirujano maneja los instrumentos con unos manipuladores desde la consola, utilizando sus manos y dedos, de una forma natural. El sistema transfiere los movimientos realizados a los brazos e instrumentos y realiza un escalado de movimientos. Ello significa que un movimiento de unos 5 centímetros se traduce en un movimiento de tan solo un centímetro en el campo quirúrgico, lo que permite una precisión difícil de alcanzar mediante la videotoracoscopia convencional y contribuye a la seguridad de la cirugía.
Cada instrumento tiene su propia función (sutura, corte, disección fina, coagulación) y puede ser intercambiado fácilmente según la fase de la intervención. Por otro lado, el cirujano torácico puede controlar la cantidad de fuerza que aplican, desde unos pocos gramos hasta más de un kilogramo, para tratar cada estructura con la delicadeza o firmeza necesarias.
El cirujano maneja los instrumentos con unos manipuladores desde la consola, utilizando sus manos y dedos, de una forma natural. El sistema transfiere los movimientos realizados a los brazos e instrumentos y realiza un escalado de movimientos. Ello significa que un movimiento de unos 5 centímetros se traduce en un movimiento de tan solo un centímetro en el campo quirúrgico, lo que permite una precisión difícil de alcanzar mediante la videotoracoscopia convencional y contribuye a la seguridad de la cirugía.